El beisbol es uno de los deportes con más supersticiones. Te presentamos las 7 (de la buena suerte) más extrañas de la Gran Carpa.

A pesar de las estadísticas y el famoso Money Ball, el beisbol siempre ha estado envuelto en una mística como pocos deportes. Mitos, maldiciones y supersticiones siempre han estado en el imaginario del Rey de los Deportes, pero las siguientes 7 (de la buena suerte) son las más extrañas.

  1. Comer pollo antes de un partido

En la década del 80, Wade Boggs era uno de los tercera base más eficaces al bat. Jugó la mayor parte de su carrera con los Boston Red Sox (10 años) y se retiró en 1999 con un promedio de bateo de más de .300.

Una de las razones por las que se le recuerda es por la superstición de comer pollo siempre antes de un partido.

Frito, rostizado, o en cualquiera de sus formas, el pollo era parte de la dieta regular durante el verano y parte de otoño, por lo que no tardaron en nombrarlo “Chicken man” (Hombre pollo). El apodo y su hábito alimenticio incluso le significaron ingresos extra, pues en 1984 junto con su esposa, lanzó un libro de cocina, “Fowl Tips: My Favorite Chicken Recipes” (Tips de aves: Mis recetas de pollo favoritas”).

  1. Proteger los bates con seda

Con la mística de un samurái que cuida su katana, Ichiro Suzuki cuidó durante su ilustre carrera de sus bates. Mientras el equipo de los jugadores se apilaba en sacos o se depositaba en contendores cilíndricos, los bates de Suzuki eran guardados en un portafolio especial, con paredes de seda y diseñado especialmente para absorber impactos.

Desde 2001 cuando comenzó su aventura en las Grandes Ligas con los Seattle Mariners hasta su último partido en 2019, Suzuki tuvo un inmaculado cuidado con sus maderas. Incluso cuando rompió uno de sus bates en un arrebato de frustración durante un partido de la liga de Japón en 1999, el jardinero escribió una carta de disculpa a la marca Mizuno quien siempre hizo sus bates de madera tamo.

Superstición o extremo cuidado por sus herramientas de trabajo, las maderas parecieron corresponder su respeto, pues Ichiro pasó como uno de los mejores en la historia.

  1. Obsesión con el 33

La tercera superstición no podía ser para nadie más que para Larry Walker. En la década del 90 el jardinero derecho de los Rockies de Colorado tenía una obsesión con el número 33.

Por supuesto era el número que utilizaba en su franela, pero su fijación con esta cifra iba mucho más allá del juego; en la práctica de bateo realizaba swings en múltiplos de tres, fijaba su alarma 33 minutos antes de la hora, incluso se casó un 3 de noviembre a las 3:33 de la tarde (tal vez no se casó en marzo porque debía reportarse a los entrenamientos), y cuando se divorció, el acuerdo con su ex esposa le costó 3 millones de dólares.

Puede sonar a una locura que un número tenga tanta influencia en la vida de una persona, pero Larry así lo creía, y después de una prolífica carrera de 16 años con tres equipos (Expos de Montreal, Colorado Rockies y San Luis Cardinals) y un premio a Jugador Más Valiosos en 1997, quién puede contradecirlo.

  1. Sudor en la placa del “Bambino”

Roger Clemens, uno de los mejores pitchers de todos los tiempos. Comenzó su carrera con los Boston Red Sox, para luego pasar a los Yankees de Nueva York y ganar dos series mundiales. Pero desde sus inicios como profesional adoptó un ritual que involucraba a otra leyenda que jugó para los Red Sox y los Yankees.

Antes de iniciar un partido en el antiguo Yankee Stadium, El Cohete acudía a la placa conmemorativa de Babe Ruth en el Memorial que se encontraba detrás del jardín central; ahí limpiaba su sudor y lo embarraba en la placa de “El Bambino”.

  1. Dos huevos y dos hotcakes

Sólo tres jugadores en la historia de la MLB han conseguido 24 nombramientos como All-Stars: Hank Aaron, Willie Mays y Stan Musial. Seguro los tres practicaron alguna cábala, pero la más llamativa la tuvo Musial, quien durante más de 20 años comió el mismo desayuno en el mismo orden.

Antes de cada juego el jardinero empezaba su día con un huevo seguido de dos hot cakes y remataba con otro huevo, sin duda un desayuno de campeones.

  1. El Gerente General que no veía a su cerrador

Trevor Hoffman es el pitcher con la segunda cantidad de salvamentos más alta en la historia de la MLB; gran parte de sus 601 juegos salvados los consiguió con los Padres de San Diego y ninguno de ellos fue visto por el gerente general Kevin Towers.

Towers y Hofman llegaron a la institución en el mismo año, 1993. Dos años más tarde, Towers se convirtió en el gerente general del equipo y en algún momento decidió que ver al cerrador era de mala suerte.

Por ello, cada vez que Hoffman salía a la lomita en situación de salvar el juego, el gerente general se retiraba del palco o apagaba la tele. La superstición tal vez era real, pues cuando Hoffman se retiró lo hizo como el líder histórico en salvamentos, título que retuvo hasta que Mariano Rivera lo superó.

  1. Turk Wendell

En la cabalística séptima posición colocamos a Turk Wendell, la superstición hecha beisbolista. El relevista jugó 11 años llenos de supersticiones. Por ejemplo, mientras lanzaba siempre masticaba cuatro piezas de regaliz negro y al terminar la entrada, saltaba desde la línea de foul hacia el dogout, donde escupía el regaliz; inmediatamente después se cepillaba los dientes. Este ritual lo hacía en cada entrada que estuviera lanzando, mientras que el cepillado de dientes lo realizaba cada que terminaba una entrada.

Como amuleto de buena suerte siempre portaba un collar de dientes y garras de animales, el cual tenía la particularidad de que cada pieza era de animales que él mismo había cazado.

Asimismo, como buen supersticioso tenía un número de la suerte: el 99. Era el número de su franela y a lo largo de su carrera pidió que sus contratos terminaran con 99, incluso, uno de sus últimos contratos fue por la cantidad de 9 millones 999 mil 99 dólares con 99 centavos.

Existen un sinnúmero de rituales y supersticiones en torno al beisbol, pero muchas de ellas han pasado como leyendas en las que se ha preservado la cábala mas no el nombre, por ello, hemos elegido estas como las siete más extrañas con el nombre y apellido de quienes las realizaban.

¿Conoces alguna otra? Tal vez una que involucre una gorra de beisbol. Mientras recuerdas una, date una vuelta por el blog y página de New Era, que seguro en más de una gorra de tu equipo favorito encontrarás un nuevo amuleto.

HOME_DESKTOP HOME_MOBILE

¡Inicia aquí!

ÚNETE A NEW ERA

Tus datos están protegidos, revisa nuestro, aviso de privacidad